31 de mayo de 2013

Lev Tolstói (León Tolstoy): Anna Karenina


ANNA KARENINA
Autor: Lev Tolstói (León Tolstoy)
Título original: Анна Каренина
Género: ClásicosRealismo
Año de publicación: 1877
Páginas: 1120








Sinopsis
En 1877, ocho años después de la publicación de Guerra y paz, Tolstói puso punto final a su novela “Anna Karenina”, una de las obras más grandes de la historia de la literatura. Su trama, inspirada en algunos incidentes reales y marcada por las preocupaciones éticas generadas por la crisis espiritual que atravesaba el autor, acaba centrándose en el adulterio de la protagonista, una de las tres historias conyugales que se entrelazan en la obra. Reducir sin embargo esta magnífica novela a tal anécdota, por importante que sea en ella, es no hacer justicia a unas páginas en las que late de forma verídica casi el entero registro de las pulsiones y pasiones humanas comunes a todos.


Opinión

Primero que nada quiero proclamar mi más sincera indignación (si, ya me empecé a quejar) a quien sea el genio que se le ocurrió poner en la sinopsis de una de las ediciones un pequeño dato sobre Tolstói que arruina el final del libro. Gracias, quien quiera que seas, me encanta cuando pasa eso.
Una de cal y una de arena: me ha dado mucha alegría ver que en las últimas reediciones en español se decidió usar el nombre ruso del autor y no la traducción al español. Me alegra que esa fea costumbre se esté eliminando.

Hacer esta reseña me resulta difícil. Quiero hacerle justicia a un libro tan bueno y tan complejo como éste. Espero lograrlo. En esta magnífica novela las emociones de los personajes son casi palpables, la forma en que Tolstói nos logra transmitir tanto, muchas veces con muy pocas palabras, es simplemente magistral. Las descripciones son sublimes, la historia es absolutamente atrapante y la reflexión final es muy bella.

Durante años imaginé que toda la literatura rusa clásica iba a ser pesada o deprimente y en parte por eso me mantuve alejada, a pesar de tenerlo pendiente hace años. Finalmente el bicho de la curiosidad... o la vergüenza de no haberlo hecho antes... me picó y un poco impulsada por la inminente película (que no le hizo justicia en absoluto) empecé con Anna Karenina.
A las pocas páginas ya no lo podía soltar. No sólo no es un libro ni pesado, ni deprimente (aunque tiene momentos de drama) sino que me encontré una historia moderna, ágil y completamente atrapante. Es tan moderna la forma de escribir que podría pasar por un libro actual tranquilamente.
Además es muy visual: hay muchas descripciones que dan muchos detalles con pocas palabras. En un breve párrafo de cuatro renglones nos hace ver todo un ambiente, el aspecto del personaje y lo que está haciendo.

Las apariciones de Anna son bastante esporádicas y escasas para tratarse de una novela tan larga y que lleva su nombre. Fueron sus capítulos los que leí con mayor interés, no porque los demás fueran menos atrapantes, sino porque Anna es muy compleja y muchas veces hasta indescifrable. Como se espera de su posición, es muy buena anfitriona y tiene un encanto muy particular, y es ese encanto el que provocará el escándalo que alterará su vida y la de muchos otros.
El que la veamos tan poco y que muchas veces sus apariciones estén condicionadas por los ojos de los demás, contribuye a acrecentar el enigma que rodea a la hermosa dama de la alta sociedad rusa.
Al llegar al final ví que esa sensación de misterio, ese sentimiento de no conocerla realmente, era porque realmente debía parecer así, para sembrar la duda especialmente en el final.

La historia no se centra sólo en Anna Karenina sino que hay muchos protagonistas. De hecho ella tarda al rededor de cien páginas en aparecer y la narración comienza con Stepán 'Stiva' Oblonsky, su hermano. A Anna se la anuncia como pronta a llegar, lo que en mi caso me generó grandes expectativas (que se cumplieron con creces).
Hay tres grandes tramas, con sus respectivas subtramas. En los diferentes capítulos seguiremos a diferentes personajes, y es gracias a eso que tendremos el punto de vista de cada uno sobre diferentes situaciones que los afectan directa o indirectamente. Es genial como retrata a la alta sociedad con sus diferentes formas de pensar, sus preocupaciones, frivolidades y sentimientos. Vemos cómo transcurren sus vidas con temas cotidianos, de familia o de sociedad.
Si bien en algunos casos parece que muchos de los personajes no tienen nada que ver entre sí, las historias se entrelazan e individualizan constantemente, de forma inesperada en muchas ocasiones.

Como ya dije, comenzamos el libro con Stiva Oblonsky y encontramos su casa sumida en el caos. Ha cometido una indiscreción con la institutriz de sus hijos y su esposa, la princesa Darya 'Dolly' Oblonskaya, está completamente desgarrada por el dolor y la traición. No quiere perdonarlo y es por eso que ahora el jovial y despreocupado Stiva espera con ansias la llegada de Anna Karenina para que lo ayude a convencerla de que no lo deje.
A pesar de sus constantes y crecientes deudas, Oblonsky se da el lujo de continuar con su caro y ostentoso ritmo de vida. Mientras tanto conoceremos a Konstantin Levin, un joven inseguro pero de ideas firmes y revolucionarias que está fervientemente enamorado de la hermana de Dolly, la princesa Kitty, y se dirige a Stiva para pedirle consejo y un poco de valor, porque desea pedir la mano de la dulce e inocente damita.
Pero Kitty tiene otros planes, ella ha puesto su esperanza en el atractivo y carismático conde Aleksei Vronsky, que está haciendole la corte desde hace ya un tiempo sin otra intención más que la de divertirse.
Nadie cuenta sin embargo con que a la llegada de Anna Karenina, esta hermosa, misteriosa y encantadora señora que tan perfecta parece ser, enamore a Vronsky sin proponérselo. Él entonces se obsesionará con ella y no parará ante nada para conquistarla, sin importarle que ella esté casada con un hombre de buena posición social y económica, y que tenga un hijo al que cuidar.
Comenzará aquí una turbulenta pasión, escándalos, rumores, sentimientos heridos e intereses dañados, pero por sobre todo... mucha gente tomando las decisiones incorrectas y luego pagando por ello.

Para leer este libro hay que tener en cuenta la importancia social de la mujer en las altas esferas de la Rusia zarista. Se las respetaba pero tenían pocos derechos, ellas se hacían su lugar llegando hasta donde los hombres y los ojos implacablemente críticos de la sociedad se los permitían.

El personaje de Anna me fascinó, aún a pesar de su muy retorcido sentido maternal. Las mujeres en su gran mayoría me gustaron todas, en especial la muy sufrida y fuerte Dolly.
De los hombres el único que realmente me simpatizó constantemente es Stepán y el príncipe padre de Kitty y Dolly. Creo que Vronsky no me llegó a agradar, y no por lo que hiciese o dejase de hacer, sino por él, por su persona. El resto de los hombres son bastante antipáticos por momentos, especialmente Levin con sus inseguridades, mezquinindades y celos desmedidos. A él sin embargo lo veremos crecer a lo largo del libro, con su constante intento por mejorar como persona y terrateniente, buscando una ideología con la que se sienta cómodo y representado para finalmente volverse un hombre.

Algo que me pareció magistral es la forma que tiene muchas veces de cambiar de personajes. Estamos siguiendo a uno de los protagonistas cuando un nuevo personaje entra en contacto con el primero, interactúan un poco y luego continuamos la historia con el segundo... casi como si lo siguieramos con una cámara. Muy original.
Cada tanto cuando cambia de personaje se retrocede en la línea de tiempo todo lo que avanzó con otro, y retoma la historia de otra persona. Esto no resulta confuso. La forma de indicarlo son las estaciones del año, la mayor parte de las veces.

Hay pocos temas que no se hayan tocado en las conversaciones, debates y discusiones.
Cada tanto intercala debates sobre temas filosóficos o políticos disfrazados como diálogos entre personajes, muchas veces intelectuales, pero nada demasiado extenso. Nunca llega a aburrir o a resultar pesado, aunque a algunas personas les puede resultar menos ameno que el resto. No recomiendo leer estas partes con sueño o excesivo cansancio. Van a tener que releer sino.
Hay mucho contraste entre la vida rural y la de ciudad. Unos trabajan durante horas a la intemperie mientras otros están en puestos políticos u ociosos. No deja de haber una crítica velada (y no tan velada) a la alta sociedad, así como ciertas semillas del comunismo.
En algunos momentos los nobles se mezclan con los campesinos y se encuentran mutuamente agradables al ver que no son tan diferentes en aspectos mundanos y humanos como la maternidad.

Hubo una escena breve y de no mayor importancia que me divirtió mucho: es un paseo por un bosque donde un hombre muy nervioso quiere declararse a una mujer (no, no es Levin y no voy a decir quién) pero solamente parecen ser capaces de hablar sobre hongos. Excelente escena romántica de esas que son dulces pero no empalagosas.
Como dato curioso y simpático, es la primera vez que veo en una historia no fantasiosa y no infantil donde se indiquen los pensamientos exactos de un perro como si fuera un personaje humano más.

Sobre el final, o los finales, no voy a decir mucho más que que son acordes a la historia, y si no leyeron la maldita sinopsis que leí yo, el que concierne a Anna puede hasta resultar inesperado. Sobre ésto de todos modos quiero decir que pesaba sobre la historia un sentimiento de inevitabilidad ineludible.

Decir que es excelente es poco. Me alegra, me alegra muchísimo haberlo leído.
Todos los personajes están perfectamente bien creados, tanto los principales como los secundarios. Ningún detalle parece habérsele escapado a Tolstói sobre la psicología humana, tanto de la mujer, como del hombre, como de la sociedad. Los pecados, la moral, el peso de la conciencia, la incertidumbre ante las acciones tomadas... todo se verá, todo se tendrá en cuenta. Nosotros somos espectadores con el poder de juzgar, de amar y de odiar. Todas las herramientas están dadas, los corazones y las mentes de los personajes, abiertas a nuestros ojos.
Pero al final sólo podemos ver... ver como construyen, y muchas veces, destruyen.



Calificación: 5+/5
Obra Maestra

4 comentarios:

  1. lo tengo en casa. Ja. lo tengo que leer.

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  2. Lo tengo en la estantería y espero que caiga pronto^^
    besos

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  3. Lo tengo pendiente desde hace un montón, a ver cuándo me animo con él. Es uno de los que me apetece leer de siempre, pero me gustaría hacerlo tranquila =)

    Besotes

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  4. Simplemente vengo a hacerle la contra a todo el mundo: no lo tengo ni en casa ni pendiente XD
    Un día voy a dejar tanta fantasía y ponerme a leer los clásicos de ayer y hoy. Pero me temo que peinaré canas para entonces (o más bien me lustraré la calva).

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